28 marzo 2007

Babel: la necesidad de un espectador activo

Babel es una mezcla de historias que ocurren en distintos lugares en un espacio temporal más o menos común. Se basa en cuatro relatos distintos; dos ocurren en Marruecos, uno en México y otro en Estados Unidos. Al principio, parecen historias aisladas, pero poco a poco van apareciendo elementos comunes que las entrelazan. En realidad son distintas, con personajes que tienen vidas diferentes y que tienen poquísimas posibilidades de cruzarse con los de las otras historias. Sin embargo, el azar los irá interconectando.

La forma de narrar la historia no es lineal sino que se cuenta desde distintos ángulos. Mediante elementos comunes, las partes se van uniendo formando una sola gran historia.

Lo interesante de esta forma de contar historias es que mantiene al espectador activo todo el tiempo, atento a descubrir detalles. Al principio, el espectador parte viendo una escena en Marruecos. Al poco rato es trasladado a una completamente diferente, en Estados Unidos. Las historias parecen no tener nada en común y se subentiende que el rol del espectador será descubrir qué es lo que las historias tienen en común o cómo se puede explicar algo que, por el momento, no se entiende.


Por ejemplo; la película comienza con unos niños probando puntería en un cerro, mirando hacia la carretera y le disparan a un bus. Luego aparece una nana mexicana cuidando a unos niños estadounidenses. Pero no se alcanza a entender qué relación tienen con los marroquíes. Luego aparece una pareja estadounidense en Marruecos (lugares comunes van dando claves) que viajan en un bus de turistas. Entonces la mujer es baleada en el hombro en plena carretera. Así entonces el espectador puede conectar los dos ángulos de la historia y tener una visión completa de lo que pasó: unos niños jugaban con un arma y dispararon a un bus para ver si el balazo llegaba tan lejos. La bala le llega a una turista del bus y la historia se completa y se entiende por sí sola.

Es interesante algo que me pasa con este tipo de películas; cuando no entiendo algo sé que tengo que estar muy atenta porque es obvio que más adelante la cosa se va a entender por sí sola. Esto me pasó con Babel. Por un minuto se me empezaron a mezclar las historias, no entendía para dónde iba la cosa, qué relación podía tener una japonesa sorda con un marroquí y sus hijos pastores. Entonces supe que lo que tenía que hacer era esperar y estar muy atenta a descubrir detalles que conectaran las historias.

La relación entre las historias se va dando por medio de esos detalles. Si el espectador está atento, poco a poco irá descubriendo que un simple rifle es un elemento fundamental para entender por dónde se irán cruzando las historias, por ejemplo.

En cierta forma se puede afirmar que el acto de narración proviene tanto del narrador como del usuario. Ambos tiene roles importantes. No hay un narrador omnisciente; son los personajes quienes cuentan la(s) historia(s). Pero además, el rol del espectador es tremendamente importante, pues depende de él la interpretación que le da.

Cada espectador es libre de interpretar la película como quiera y formarse su propio juicio. El espectador tiene el rol de entender la película y para ello debe estar atento y fijarse en los detalles que justifican su visión. Unos pueden creer que la idea central es la discriminación (se ve a los marroquíes como terroristas), o la incomunicación (nadie sabe hablar marroquí, los marroquíes no hablan inglés, nadie le entiende a la sorda…) o simplemente pensar que se trata de cuatro historias paralelas.

Hay un espacio pequeño de tiempo entre que el espectador descubre las cosas y cuando éstas ya se hacen evidente. En ese momento se logra una cierta complicidad con los personajes; algo así como un: “ah, ya te entendí, ya entendí tu historia y tu relación con los otros”. Esa satisfacción por haber descubierto lo que une las historias proviene y pertenece completamente al espectador.

La forma en que se entrega la “información”, o sea, como se cuenta la historia, está lejos de ser estable. Éstas parten desde la mitad, desde el final…se entremezclan entre ellas… no hay una sola historia y éstas no se cuentan de principio a fin.

26 marzo 2007

Flecktones en Chile

Qué agrado sería poder vivir en USA o UK y tener de estos conciertos día por medio. De verdad que hace tiempo que no iba a un evento de tanta calidad. Si me parecía haber estado en un teatro de NY…Además, pasado a “oh yeah”, “that’s great…”, lo que le daba aires gingos al asunto.
El banjo de Bela Fleck me recuerda a esas series estadounidenses donde todo lo invade el polvo y el único que pone algo de orden, entre tanto disparo, es el alguacil del pueblo. Repleto de bares, lo que caracteriza al lugar es la música country. Y bueno, de eso sabe de sobra Béla Fleck. bueno, de eso sabe de sobra Béla Fleck. Pero ¿qué pueden tener que ver un BANJO CON GUSTO A COUNTRY con un BAJO DE LO MÁS ROCKSTAR o una flauta traversa?

El neoyorkino Béla Fleck descubrió un banjo a los 15 años quién sabe dónde. Se le considera de los mejores intérpretes de banjo en el mundo, pero el ESTILO y el GUSTO no se estudian ni se compran.

Béla me parece más hijo del rigor que del talento. Y se notó: su solo no fue más que un circo. Escalas hacia arriba y hacia abajo, trémoles complejos y poca armonía. Supongo que para justificar por qué le acaban de dar un grammy. Pero llegar a tocar hasta con la nariz… no era necesario.


Por un momento el resto de la banda desaparece y VICTOR WOOTEN , bajista eximio proveniente de la escuela del jazz y el blues, queda solo frente a nosotros.
La mezcla perfecta entre virtuosismo y técnica.
Acostumbrado a tocar de solista, Victor ha desarrollado una carrera más bien nómada. De vez en cuando se junta con otros grupos y, como proyecto más bien permanente, toca, compone y arregla para Bela Fleck and the Flecktones; un experimento interesante.


En la mitad del concierto, JEFF COFFIN, el saxofonista de la banda, toca una flauta traversa. En eso se pone a tomar agua y yo no entiendo lo que hace... ¿está devolviéndola a la botella? Me pareció un poco asqueroso. Las paredes de la botella se llenan de vapor y esa agua, devuelta ya más de una vez, imaginé que estaría tomando una temperatura un poco desagradable. En fin…se acerca al micrófono y comienza a SOPLAR LA BOQUILLA DE LA BOTELLA.
No supe distinguir qué nota era, pero encajaba perfecto con la canción.



FUTURE MAN es lejos lo más raro que he visto.
Lo suyo es la percusión, pero no toca batería. Su instrumento es una cosa rara, creada por él mismo, con forma de guitarra o algo parecido.

Repleta de botones colorinches, cada uno responde a un sonido diferente. Pero además tiene al lado un semi batería, no muy completa, que usa de vez en cuando. Con la derecha toma la baqueta, con la izquierda unos pocos dedos apretan un par de botones entre millones de ellos. Qué complejo: separar las funciones de las manos…

Siempre pensé que este tipo había tenido un accidente o algo así, porque mueve bastante poco la mano izquierda. Pero parece que no; el motivo de la invención de la DRUMITAR, nombre que le puso a su invento, es algo completamente sensorial. El sonido que ha logrado con su invento es más pulcro, una sensación MÁS POTENTE.

Resumiendo: estuvo buenísimo.